El amor, el apego y otras cosas imposibles
Hoy me he despertado con este retweet de Jo T. Y me ha venido al pelo, porque es algo que llevo tiempo preguntándome: ¿Por qué a veces nos empeñamos en retener a nuestro lado a quien hace de todo por alejarse? ¿Por qué nos cuesta tanto dejar ir a las personas?
La sabiduría popular también dice: "Si amas algo, déjalo partir, si vuelve es que es tuyo, si no es que nunca lo fue". Pero ¿y qué pasa si viene y se va y viene y se va otra vez? ¿Qué hay que hacer ahí? ¿Dejarlo ir? ¿Cerrarle la puerta? ¿Entrar en un bucle infinito que abra un vórtex espacio-temporal que acabe con la salud mental de cualquiera?
Guiándonos por la primera frase, el "vuelve" implica que previamente se habría ido. El hecho de que vuelva significaría además que merece la pena. Además, según la segunda frase, si vuelve es que es tuyo. ¿Merecería la pena entonces permanecer esperando a que vuelva porque es realmente tuyo? ¿Cambia todo cuando se vuelve a alejar? Me faltaría aquí un refrán follow-up.
Qué follón.
En mis clases de meditación estuvimos hablando de esto: "amor versus apego". A veces creemos que debemos esforzarnos por no romper una relación, por "arreglar las cosas", por no permitir que esa persona amada se aleje. Pero ¿es realmente amada o estamos nosotros "apegados"?
Y lo que es más interesante aún, ¿cuántas veces hay que dejarle ir? ¿Se puede estar así toda la vida?.
Yo creía que no, aunque también me han enseñado recientemente que basamos nuestras decisiones y nuestro criterio en creencias que tenemos preestablecidas y que no son necesariamente correctas y esto hace que perdamos oportunidades de estar mejor con nosotros mismos (pero esto da para una entrada entera).
En resumen, baste decir que estoy hecha un lío, ¿es bueno dejar ir a una persona? Si es que sí, ¿cuántas veces se considera que es suficiente?