Dogmas de fe

Fueron tantas, tantas las veces que escuché eso de "no te lo vas a creer, pero justo iba a llamarte", "siempre te me adelantas", "te prometo que ahora mismo iba a hacerlo", "créeme, no quería hacerte daño", "¿cómo puedes pensar eso?", "confía en mí", "no era mi intención", "deja que te lo demuestre"... y después nunca pasaba nada, nada cambiaba, que simplemente se me acabó la fe.

Ya no me trago los dogmas de fe, creo en lo que veo, en lo que siento, en lo que recibo... Rebusco dentro de mí un poco de fe de esa ciega y no la encuentro... y ni siquiera me preocupa.

No sé si es bueno o malo. Me hace esperar menos de las personas, pero valorar más las muestras de quienes sí merecen mi fe y mi confianza.

Y es que como dice mi madre (y la tuya): "Obras son amores, y no buenas razones".