Cansancio + vagancia = ¿desidia?
Me ha gustado tanto que es un tema en el que sin duda quiero profundizar y estudiar porque, aunque denso, me resulta simplemente apasionante.
El caso es que el formador hablando del conflicto, ha preguntado que cuántos de nosotros nos vamos a dormir cansados.
- ¿Es que se puede ir a dormir descansado? - ha preguntado un compañero.
- ¡Pero si yo me despierto todavía cansada! - he dicho yo.
El formador me ha mirado y ha sonreído con esa suficiencia de quien sabe más que tú y me ha dicho: "Efectivamente, he ahí el problema".
Y es que octubre siempre es un mes agotador, es en el que empiezas a estirar las horas porque el día no da para más. Y eso que aún no han empezado todos mis cursos, pero entre el gimnsaio (sí, ya sé que está mal escrito pero estoy hasta el moño de escribirlo siempre mal, así que voy a probar con la anti-psicología y aceptar y abrazar mi nuevo vocablo tal cual...), el trabajo, los cursos, una cosita que estoy estudiando, mis obligaciones y quehaceres diarios y algún compromiso inesperado (ejem, ejem...) estoy agotada.
Hoy, sin ir más lejos, me he levantado a las 7h, me he arreglado, he paseado a Monsoon y le he tomado una muestra de orina (que tiene su miga), he ido a la Cámara de Comercio al curso, para enterarme de que se iba a retrasar, he ido andando al trabajo, he trabajado apenas 45 minutos, para volver andando a la Cámara, tener el curso hasta las 15h, ir a casa pitando, comer, pasear a Monsoon, irme al trabajo, trabajar, pasarme a por material, aguantar el rollo de 45 minutos del de la tienda, ir a sacar dinero porque no tiene datafono, llegar a casa, coger a Monsoon, llevármela a Villarreal al veterinario, entrar en la consulta, explicarle a David cómo va, coger el coche, llegar a Castellón, regar las plantas, hacer la cena y pasear a Monsoon otra vez. No soy para nada una superwoman, lo sé, pero qué queréis que os diga, son las 23h y estoy sentada delante del ordenador deseando ponerme el pijama y meterme en la cama...
Claro, pasa lo que pasa, que llega el fin de semana (y el pasado encima hice puente) y me paso los días repantigada en el sofá, ni siquiera entro en internet salvo para descargar capítulos. Desconecto, pero a lo grande. Este puente devoré mis series y me quedé sin, así que vi unas cuantas pelis también y, francamente, casi no hice nada más quitando algo de ejercicio (para no atrofiarme, más que nada). Lo que pretendo decir básicamente es que ¡¡estoy deseando ya que llegue el fin de semana!!
Ah sí, encima ahora, me ha dado por probar una tendencia artística nueva (para la que he comprado el material que he mencionado antes). "Lo que te faltaba" ha dicho mi madre. Y me da que tiene razón, pero mira, inquieta que es una...
Así que me voy a dormir ya, que estoy que me caigo de sueño. El formador aún no me ha dicho qué hace falta para irse a la cama descansado, espero por mi bien que lo haga mañana.
Pero lo que sí que ha dicho es que cada vez que nos enfadamos, destruimos cientos de miles de células que tardan 45 días en regenerarse... lo ha denominado "autoenvenenarse".
Como yo soy confiada per se, me creo lo que me ha dicho y he decidido no volver a enfadarme. Nuevo reto. Uno más.