Descubriendo a Giorgio
Gracias a Jessica, una lectora de mi blog, ayer supe qué habría pasado si me hubiese quedado.
Esto es lo que le pasó a Ardi, una bloggera venezolana, en Roma curiosamente también alrededor del Palatino curiosamente también sobre las cinco de la tarde:
"Cuando iba vías para el Coliseo, un ser humano relativamente atractivo me pregunta la hora. Por un momento pensé que me querían robar el reloj, la paranoia cloaquense no se supera. Pero cuando vi que el ser humano estaba vestido normal dejé la paranoia y respondí, "papa, no hablo italiano. Pero igual, son las 4:55pm". Cuando escucha mi acento criollo, el sujeto en cuestión automáticamente pregunta: "¿de dónde eres?". Dado que Venezuela es 58.456% de origen italiana, no fue ninguna sorpresa cuando el sujeto dice con un acento italiano marcadísimo "Má qui Chevere!!! Mi primo vive en Caracas." Oye, qué casualidad tan fantástica, casi demasiado bueno para ser verdad. El sujeto se emociona y me empieza a contar sobre el Avila y las empanadas de cazón que se comió en la isla de Margarita.
Me pregunta qué estoy haciendo en Roma y le cuento sobre mi reto de conocer 9 monumentos en 6 horas, me quedaba solo el Coliseo y la Piazza della Repubblica. El se muestra interesado en lo que la pobre turista venezolana le esta diciendo y me explica "yo soy estudiante de arqueología. Tengo clases en media hora, pero mientras tanto déjame mostrarte Palatino". Por un momento pensé gritar a todo pulmón "STRANGER DANGER! STRANGER DANGER!!", pero luego me doy cuenta que siempre tengo un palo atravesado y que lo mejor seria soltarme el moño un ratico. Mientras lo voy pensando el me dice, "tranquila, yo no soy un asesino". Desafortunadamente, el mamahuevo no especificó lo que era.
Vamos caminando por Roma y el becerro me va contando la historia de Roma, los datos históricos, las piedritas y las mariqueras. En un punto me dice "mejor vamos a sentarnos en la sombra un rato y así te explico mejor con el mapa". Yo me fijo en la cantidad de turistas que habían en la Sombra también, concluyo que no es el sitio ideal ni para un robo ni para una violación. Acepto. Acepto, porque soy una maldita desgraciada todo el tiempo y quiero saber cómo se siente vivir en Disney, la tierra de los finales felices. Nos sentamos y me empieza a explicar sobre el balcón del emperador en Palatino, etc., etc., etc. Mientras él habla yo estoy pensando "a la cuenta de 3 párate y sal corriendo... 1 ... 2 ... 3... Maldita sea, soy una pajua, otra vez... 1... 2... 3". Justo cuando me iba a parar corriendo, el Giorgio me dice "tengo sed, quieres algo de tomar?". Yo le digo que estoy bien. Me explica, "hay un digestivo multo buono italiano, yo puedo ir a comprarlo y lo tomamos aquí en sombra. Te parece?" ¿Alguien dijo licor? Claro papa, de haber empezado por ahí. (Muchos estarán pensando: Burundanga. Yo también lo pensé.) El ser humano maldito me dice: "espérame aquí. Yo lo compro y después nos repartimos la cuenta."
5 minutos después llega Giorgio Bafanculo con una media botella de champaña. Me explica que es un licor típico de Italia (claro) y brindamos. El me sigue explicando no se qué cojones de no sé quien y al terminar la botella me dice, "bueno, me tengo que ir. Tengo clases.” Me dice algo en italiano y entiendo que la botella cuesta 25. ¿¿25 una media botella de champaña italiana?? ¿Está loco? Pienso, "ardi, no discutas. Pana ya se va, esto te pasa por becerra". Saco un billete de 10 y le digo, "ya busco los 2 euros que me faltan." Luego el mamahuevo me dice en su maldito acento italiano de mierda, "no, no. Alora, la botella costó 7 – 3, 73." ¡¿¡¿¡¿¡¿QUUEEE?!?!?! MOJONERO DE MIERDA. No puedo pensar, estoy en shock, soy una pendeja. Lo único que se me ocurre responder es "tu no me dijiste que eso costaba tan caro". Maldito mamahuevo, sé que me estas cayendo a mojones, sé que eres un maldito italiano de mierda y que vas a ir directo al infierno. "Ardi corre... 1... 2 ... 3..." Pero en vez de salir corriendo, veo como mi mano saca el dinero del monedero y pienso "saliste ilesa carajita, al menos no te robaron el pasaporte". Evidentemente Giorgio bafanculo es un bichito, un malandro, y mi mamá siempre me dijo, "si te asaltan, dales todo!". Le di lo único que tenia en efectivo, 20€. Giorgio protestó, pero le expliqué, mostré, que no tenía más. El se hizo el amable, el que entendía y cubría el resto. MALDITO!!! OJALA SE TE CAIGA EL HUEVO DE SIFILIS Y CLAMIDIA DESGRACIADO DE MIERDA!!! Cuento hasta 3 y él se va "a sus clases", seguro iba a vender drogas a una esquina."
(Podéis leer la entrada entera aquí)
Así que tenía razón cuando me parecía que su discurso estaba demasiado aprendido y había acertado cuando le pregunté que cuánto iba a cobrarme por la explicación y también adiviné su modus operandi (el timo con el precio de la botella).
Ojalá hubiera visto su cara al llegar con su botella de 2€ y ver que se le había escapado la presa...
Y lo cierto es que creo que, entre que mi sentido arácnido me decía que ese chico daba mala espina y que gracias a mi apatía sentimental no fantasée con ningún tipo de final romántico entre nosotros, no dejé que su atractivo físico me nublara la razón.
¡¡Al final resulta que hasta el mal de amores es algo bueno!!
Giorgio, por si algún día me lees, tienes la suerte de que en Roma haya menos policía que público en un concierto de Albano, pero el día que vuelva por Roma voy a darme un paseo por el Palatino alrededor de las cinco de la tarde (que se ve que es tu hora de "trabajar") y de parte de Ardi y mía intentaré que se te quiten las ganas de timar a las chicas extranjeras que viajan solas por Italia.