Jornadas de dirección (1ª parte)
Normalmente lo que hacemos es hablar de números, cifras, presupuestos, objetivos, estimados, etc. y, en todo caso, una formación en planificación estratégica de la compañía, técnicas de liderazgo, lean manufacturing, etc.
Pero esta vez ha sido distinto. Para empezar, sólo nos dieron el orden del día de la primera mañana de las tres que íbamos a estar allí. Nos llevaron a un hotel rural en el interior en el que por no haber no había ni cobertura. Sólo teníamos un par de rayitas en un punto del porche y encima hacía un frío horrible. No había televisión, ni radio, ni por supuesto internet, nada de nada.
El primer día sí fue bastante habitual: por la mañana exposición de los resultados de 2009 y presupuestos y previsiones para 2010.
El hotel estaba cerrado para nosotros, por lo que las comidas estaban pre-pactadas con los dueños. El primer almuerzo (entendiendo "almuerzo" como esa comida entre horas que se hace por la mañana en mi tierra) consistió en longanicitas, choricitos y morcillitas, con pimiento y también había bollería. Todo light y bajo en colesterol, como se puede observar.
Al acabar la parte de la exposición de números, fuimos al comedor: entrantes, ensalada, embutidos varios de la zona, sopa cubierta y olla (una especie de potaje) y de segundo carne o pescado y postre.
Por la tarde tuvimos una formación (en mi opinión bastante floja) en lean manufacturing.
Nos separaron en dos grupos y nos hicieron un ejercicio práctico de montar unas figuras de lego con un juego de roles. Un equipo estaba según su rol súper motivado y en el otro había problemas de liderazgo y de motivación. El resultado, a mi gusto, demasiado obvio porque si en tu tarjeta te dice que debes esperar tres minutos más porque estás desmotivado, pues obviamente tu equipo va a tardar más. Quiero decir que no era una demostración práctica, sino forzada por los roles, por lo que el resultado fue obvio desde el principio.
Al acabar, nos fuimos a cenar: más entrantes, ensalada, sopas varias, carne, pescado y postres. Estaba claro que en el interior, el consumo calórico ha de ser superior para enfrentarse al frío, que por cierto hacía muchísimo!
Habíamos salido de Castellón a las 7:30h y la formación se acabó sobre las 20:30h, o sea que terminamos de cenar como a las once y nos quedamos a tomar algo y charlar.
En total, hasta la una y media de la madrugada con los compañeros de trabajo con los que llevabas sin separarte 18 horas. Estuvo bien, aunque fue agotador.
Llegó el momento de ir a dormir y entre pitos y flautas nos dieron las 2:30h. Por lo menos la cama estaba bien, aunque las paredes eran de papel, hasta tal punto que en la noche me despertó un carraspeo del director general, que estaba en la habitación de al lado de la mía.
Para mi desgracia además, el de RRHH, el de informática (estos dos compartían habitación) y el financiero, decidieron salir a correr a las 7 de la mañana del día siguiente, así que a las 6:30h ya me estaba enterando de todas sus conversaciones. De verdad que no descansé apenas nada.
Con las ojeras tatuadas en el rostro, me duché, me vestí, me arreglé y bajé a desayunar. Bollería varia y empezaba a nevar.
Y después vendría la primera de las sorpresas. Un grupo de 4 personas llegó al hotel. Eran 3 chicos y una chica. Nos hicieron ponernos en corro en la sala grande del hotel y nos hicieron jugar a un juego de pasar la energía. La cosa consistía en que cuando un compañero te pasaba la energía tú, siguiendo el flujo (hacia derecha o izquierda) que llevara, debías pasarla a tu compañero de al lado gritando: "Hya!!!".
Una vez practicado, introdujeron un nuevo elemento: cambiar el sentido de la energía. Si te venía por la derecha, podías hacer un gesto (parecido al que hace Nadal cuando gana un buen punto) con tu brazo izquierdo y decir: "Jondóooo!!" y entonces la energía rebotaba y volvía al que te la había enviado, cambiando así el sentido.
Y después introdujeron en último elemento: ponerte en cuclillas, con los dedos hacerte unas gafas en los ojos y decir: "mirimirmirimiri". Esto indicaba que la energía te saltaba e iba a tu compañero de al lado.
Así fuimos eliminándonos, cada vez que alguien fallaba (como yo, que dije: "Hoyaaa!!!" y me sacaron la tarjeta roja) o cuando alguien no se enteraba de que le tocaba.
El juego estaba claro que pretendía soltar tensiones (nos reímos muchísimo) y además servía para comprobar quién enviaba la energía verdaderamente de manera enérgica (valga la redundancia) o quién se arriesgaba y tomaba decisiones en vez de limitarse simplemente a pasar la energía al de al lado.
Fue muy divertido, pero lo mejor estaba todavía por llegar...