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El chico de Selectividad
El otro día me acordé de una anécdota que me sucedió cuando hice la Selectividad, allá por 1998, si no recuerdo mal...
Un curso antes de COU, en 3º de BUP, coincidimos un grupo de gente que congeniamos muy bien y nos llevábamos todos de maravilla. Lo cierto es que nunca he tenido compañeros de clase iguales.
Entre tanto buen ambiente, resultaba que yo por aquel entonces ya había pasado dos veranos en Irlanda y andaba "sobradilla" en las clases de inglés. Tanto, que acostumbraba a hacer los deberes en los 10 minutos previos, durante el cambio de clase, y se los pasaba a todos mis compañeros, de la fila de delante y de la de detrás.
Y tanto que adoptamos entre todos un código para los exámenes: cualquier persona a mi alrededor me indicaba la pregunta para la que necesitaba respuesta y yo marcaba de la siguiente manera:
- Si la respuesta era la "a)", ponía mi mano derecha en la esquina superior izquierda de la mesa
- Si era la "b)", la ponía en la esquina superior derecha
- En la esquina inferior izquierda si era la "c)"
- En la inferior derecha si era la "d)"
- Y en el centro si la respuesta correcta era la "e)"
Yo acostumbraba a terminar mis exámenes bastante pronto, pero me quedaba mirando a mi alrededor esperando alguna señal disimulada conteniendo algún tipo de número que indicara la pregunta a responder.
Seguimos utilizando el mismo método en COU y tengo que decir que era muy eficaz. Y resultó que en COU tuve a bien suspender la última evaluación de Química con un 4 y el profesor consideró oportuno informarme de que él consideraba el aprendizaje de su asignatura como (la famosa) evaluación continua: si suspendías la primera evaluación sólo no pasaba nada, si suspendías la última sólo tenías suspendida la asignatura.
Así que me tocó recuperar Química en Septiembre y presentarme a la Selectividad entonces también.
Y entramos en el examen de inglés y, para evitar que copiáramos, nos sentaron a los del mismo instituto en fila india, dejaron la fila de al lado libre y en la siguiente a gente de otro instituto y así sucesivamente.
Pues bien, yo ya había acabado mi examen y estaba pendiente de soplar a mis compañeros las respuestas que pudieran necesitar y así fue como giré mi cabeza y vi al chico que habían sentado a mi lado en una torsión de cuello imposible tratando descaradamente de mirar mi examen.
Pensé: "Pobre, sí que debe de estar desesperado para ir a copiarse de una desconocida" y entorné mi examen en su dirección para que pudiera copiarse mejor. Me susurró un "gracias" con tono de alivio, se copió todo lo que el tiempo le permitió y, una vez finalizado el examen, ya no le vi más ni pensé más en él.
Hasta el día que fui a recoger mis notas de Selectividad y vi que en inglés había sacado un 9,75. Entonces lo segundo que pasó por mi cabeza fue: "¿Qué estará pensando ahora mismo aquel chico? ¿Qué nota habrá sacado? ¿Estará alucinando?".
Desde entonces he pensado en esta anécdota muchas veces y me he preguntado si él cuenta la misma anécdota pero en su versión: "No veas, después de ir pez en inglés todo el bachillerato, en Selectividad me copié el examen entero de una chica que no había visto en mi vida y saqué la nota que jamás había sacado".
Así que, chico de Selectividad de Septiembre de 1998 (o 1997, las fechas no son lo mío), a ver si por casualidad lees esto o un día coincidimos... ¡y me invitas a un par de cañas!
Qué menos, no?