¡¿Cómo @#$% va a ser ya Navidad?!
La semana pasada (todavía en O-C-T-U-B-R-E) en el supermercado ya estaban expuestos los turrones y los adornos de Navidad. Los anuncios de la tele ya se llenan de juguetes y perfumes. ¿Para qué? ¡Si al final todos vamos a ir a comprarlo todo en los últimos días! Bueno... todo menos los turrones, que ya perdí el juicio y puse la tableta de Suchard en la cestita... lalala...
Y eso me ha hecho pensar en Nochevieja. "Sólo" faltan 58 días.
Odio la Nochevieja. De pequeña era el único día en el que mis padres salían solos, así que a mí y a mi hermano nos dejaban en casa de mi abuela a pasar la noche.
Mi pobre abuela solía hacernos longanizas con tomate para cenar. Y después nos comíamos las uvas (que por cierto, no me gustan mucho y es un incordio pelarlas) viendo las campanadas con el cotillón que mi madre nos había comprado. El confeti estaba prohibido bajo pena de muerte, claro.
Luego mi abuela nos dejaba "mojarnos los labios" con el cava y nos íbamos a casa de sus vecinos a felicitar el año nuevo. Y luego... bueno... luego el Especial de Nochevieja de TVE... Sin comentarios...
Entonces me parecía súper aburrido (a petición popular cambiamos las longanizas por fondue de carne los últimos años) para la agitación que se respiraba en la calle o para lo guapos que se ponían mis padres, pero en realidad no estaba tan mal. Aunque mi abuela debió sentirse liberada cuando dejamos de ir, porque así ahora puede salir con sus amigos por ahí...
Y es que, quitando la Nochevieja de mis 18 años, nunca me lo he pasado especialmente bien ese día.
Tradicionalmente mi grupo de amigas se dispersaba por fin de año, por lo que había que buscarse la vida y generalmente los planes acababan siendo regulares. Estos son algunos de los recuerdos que tengo de Nocheviejas para el olvido:
- Sentada toda la noche en la barra de la discoteca donde trabajaba mi novio de entonces.
- Organizando una fiesta en mi maset, pringada toda la noche intentando que el personal no se desmadrara (en exceso) y me destrozara los muebles.
- Consolando a una amiga toda la noche porque había discutido con su novio.
- Una Nochevieja que tenía mucha ilusión por ir a La Puerta del Sol de Madrid para las campanadas, me tuve que quedar en el sofá de mi casa con 39º de fiebre.
Y el resto de Nocheviejas, pues "ni fu ni fa", generalmente mucho menos entretenidas que un sábado por la noche cualquiera.
Tanto es así que el día de fin de año de 2008 hice un plante. Después de que se me arruinaran (¡qué raro!) los maravillosos planes que tenía, decidí pasar de todo y de todos y no salir ni quedar con nadie (donde "nadie" se refiere a mi familia).
Estuve sola con Monsoon en casa. Me di un baño de espuma, cené cosas que mi madre me compró porque se negaba a que me hiciera una tortilla, me comí las uvas por aquello del "que no se diga" y me fui a la cama.
Estuvo bien para saber que en caso de no tener plan, no se cae el mundo y que solo no se está tan mal, pero tampoco es algo que repetiría de poder evitarlo.
Así que hoy, 3 de noviembre (felicidades, mamá), a falta de 58 días para Nochevieja, juro que este año, me monto un planazo, sola o acompañada. ¡He dicho!