La revoltosa.
El caso es que al final va a ser cierto. Voy a contar qué hice el sábado por la noche: salí con mi abuela y sus amigos. Sí, sí, con mi abuela (de 81 años) y sus amigos (de aproximadamente su misma edad).
Todo empezó hace algunos meses, cuando mi abuela me dijo que hacían una representación benéfica de ópera y zarzuela semi-representada y me preguntó que si quería ir con ella. Yo, ilusa de mí (porque mi abuela tiene una vida social que ya la quisiéramos muchos), pensé que no tenía con quién ir, así que le dije que por supuesto le acompañaría. Al fin y al cabo, nunca había visto ni ópera ni zarzuela en directo y me apetecía bastante y, además, es mi abuela y le adoro.
Cuál fue mi sorpresa cuando llego al teatro y me encuentro con todos los amigos de mi abuela. Llenábamos una fila entera y ni que decir tiene que yo bajaba la media de edad unos 40 años. Mi abuela me llevaba del brazo presentándome, no a sus amigos, que a esos ya les conocía, sino a todos sus conocidos (que son el 95% de la población de más de 70 años de Castellón) e iba presumiendo de nieta (es lo que tienen las abuelas...) y la verdad es que eso me emocionó bastante.
El espectáculo me encantó y la velada también y se lo hice saber a mi abuela.
Y así llegamos a hace unas semanas, cuando mi abuela me dijo que su amiga Lupe (con la que junto con 3 amigos más acaba de pasar 15 días en Tenerife) había visto que hacían zarzuela en el Teatro Principal y había comprado entradas. No había comprado para mí, así que mi abuela me avisaba de que me diera prisa por comprar por Internet la última butaca de la fila 8 donde estaban ellos, y así acompañarles.
A mí, entre unas cosas y otras, se me fue de la cabeza y para cuando me acordé (es decir, para cuando mi abuela recién vuelta de Tenerife me llamó para preguntarme) ya no quedaban entradas.
A las 21:30h del sábado, me llama mi abuela por teléfono:
- ¡Arréglate que te he conseguido una entrada para la zarzuela! - me dijo sin decir ni hola.
- Pero, abuelita, ¿a qué hora es?
- A las 22:30h, así que cinco minutos antes tendrás que estar en la puerta del teatro.
- Pero, abuelita, ni siquiera he cenado aún...
- Yo también me estoy comiendo un bocadillito rápido. Te esperaré en la puerta. Un beso.
Y colgó. Así es mi abuela...
De modo que en 45 minutos tuve que vestirme, hacerme la cena, cenar y pasear a la perra para poder ir a ver la zarzuela con mi abuela.
Y mientras llegaba allí ya la veía a lo lejos, tan elegante, con su abrigo, sus joyas, su pelo de peluquería, sus uñas de manicura... ¡no sabéis lo tremenda que es!
La representación fue bastante regular, eran aficionados y el disgusto en mi abuela y sus amigos era más que notable, pero no sabéis lo bien que me trataron. ¡Incluso me preguntaban en medio de la representación: "¿Te está gustando Lorena?"!
La verdad es que me lo pasé muy bien en mi segunda salida con mi abuela y sus amigos :)