¡Booty call!
En 1973 (si no recuerdo mal) John Lennon tras una discusión con Yoko Ono, "desapareció" durante algo más de un año, período al que él mismo llamaría más adelante "mi fin de semana salvaje".
En 2006 tuve una época loca que calificaría también (siempre con permiso de John) como mi fin de semana salvaje.
Por aquel entonces, con la autoestima por el suelo, no me importaba tener rollos de una noche, es más, los prefería. Conocer a un chico, enrollarme con él, subir (temporal y efímeramente) mi ego y no volver a saber nada. Sin compromisos ni complicaciones.
El sorpresivo booty call ha venido en forma de mensaje de texto de Javi. No "Javi el de la pizza", sino un Javi diseñador industrial con el que "estuve" en ese "fin de semana" y al que conocí por Internet (motivo de que esté en esta sección).
Como veis la letra J me persigue... Tal vez el destino me envíe mensajes y lo que pasó fue que me empeñé en el J que no era... (en fin, esto último ha sido un pensamiento en voz alta... [modo desvarío off])
Este Javi fue el único (tampoco creáis que de muchos) con el que quedé más de una vez, pero para mí era un desasosiego, porque el chico me gustaba un poco (era altísimo, dulce, inteligente...), pero no quería tener una relación con él y, a la vez, él estaba hecho polvo porque su novia de toda la vida le había dejado. Mala combinación. Pasó lo que tenía que pasar, que un día que me pareció que él me miraba con ojitos un poco tiernos, dejamos de llamarnos mutuamente. No creo que ninguno de los dos fuéramos lo que el otro necesitaba en ese momento.
Han pasado 3 años y no habíamos vuelto a hablar y, de repente, recibo un mensaje: "Hola niña! ¿Qué tal todo? ¿Sigues por Castellón?".
Por suerte, dada la proliferación de "Javis" en mi vida, cuando guardé su número, puse al lado el nombre de su pueblo, para referenciarle y, gracias a eso, le he reconocido (no sin antes hacer memoria para asegurarme de que él era "él"). Le he contestado con el típico "¡cuánto tiempo!" y le he dicho que sí, que seguía por Castellón. Entonces me ha escrito que su equipo iba a jugar en Castellón (él es de Valencia) y que, aunque estaba lesionado, le había hecho ilusión pensar en venir con tal de que quizás pudiésemos vernos.
Hemos intercambiado un par de mensajes de cortesía del tipo: "¿lesionado? ¿qué te ha pasado?" y yo notaba un tonito malicioso en sus mensajes. Le he dicho (y era cierto) que esta noche había quedado para ir al cine y salir, pero que si él y sus compañeros iban a salir después del partido, que tal vez podríamos vernos y tomar algo.
Me ha contestado que sus compañeros decían de cenar por Castellón, "así que si después del cine quieres quedar, ya sabes..."
Para estar segura de sus intenciones, y porque ahora parece que ya nada me da corte, le he preguntado abiertamente que para hacer qué quería quedar conmigo.
Su respuesta: "Pino-puente-voltereta atrás! Jajaja! No en serio, si te apetece te como algo más que las orejitas...!"
¿Sexy? Me parece que no... Y creo que me habría sentido muy "barata" si me lo hubiera siquiera planteado. Creo que me merezco que se lo curren un poquito más...
Le he contestado amablemente que me sentía halagada pero que soy más de citas en las que quedas con un chico, te lleva a cenar, te tomas un par de copas y, si te gusta, quedas otro día y así hasta que, si hay química, ya pasa lo que tenga que pasar.
Primero se ha rebelado un poco, diciéndome que él ya cenó conmigo y ya nos vimos más de dos veces, pero tras mi pertinacia, tranquilamente, como quien da los buenos días, me ha contestado que lo entendía y que ya me llamaría para cenar un día y salir a tomar algo.
Se aceptan apuestas, yo apuesto a que no lo hará (y sinceramente tampoco me importa mucho).