Sueños recurrentes
Lo he tenido ya varias veces en el último año y medio, pero recuerdo especialmente tres de esos sueños:
Primer sueño (mientras salía con mi último novio-novio):
Es el día de mi boda. Todo el mundo va detrás de mí con los preparativos, todo pasa muy deprisa y siento que es un error, que yo no quiero casarme, que es muy pronto pero a la vez es demasiado tarde como para decepcionar a todo el mundo (en especial a mi novio). Siento agonía en el estómago, sé que estoy cometiendo un error, un gravísimo error, pero no puedo pararlo, tengo que cumplir a pesar del vértigo.
Tan deprisa va todo que no tengo ni vestido y aparezco en la iglesia con un horrendo jersey de lana marrón y despeinada.
El cura habla y, mientras, yo tengo una perenne sensación de irrealidad, como si aquello no me pudiera estar pasando a mí. Digo "sí, quiero" y de repente estoy caminando por la plaza de al lado de mi casa. Me paro en seco y me miro las manos esperando que todo haya sido una pesadilla. Pero no, no lo es. Ahí está: la alianza.
Mientras la miro pienso con absoluta amargura y desesperación: "¿Esto significa que ya nunca podré casarme con ÉL?"
Por aquel entonces tuve clarísimo que lo que me pasaba era que mi novio de entonces estaba yendo muy deprisa y yo se lo había dicho. Él siempre iba 10 pasos por delante de mí y eso me tenía un poco agobiadilla. El elemento de "ÉL"... Bueno, es que"ÉL" siempre es "ÉL"...
Segundo sueño (hace unos meses):
Me caso con un gran amigo mío. Yo no quiero casarme en realidad, pero él es tan buena persona que no puedo hacerle daño dejándole plantado en el altar. De nuevo los acontecimientos sucediéndose muy a mi pesar y muy rápidamente.
"¡¡Lorena!! Vamos, que ya es la hora!!!"
De nuevo el nudo en el estómago, el vértigo. "Esto no me puede estar pasando a mí" pienso.
Estoy en el maset (la pequeña casa de campo de mi familia). El comedor está repleto de familiares felices. Yo no lo estoy.
Me pongo al lado de mi amigo y enfrente del juez de paz. Llega el momento de los anillos. El mío me está pequeño. Sonrío forzadamente al que ahora es mi marido.
Necesito salir. Me voy al jardín y lloro.
"Bueno, ahora me divorcio y ya está... ¿no?" me digo a mí misma.
Tercer sueño (anoche):
Estoy de vacaciones con un nuevo novio (no tiene cara). Estamos en un hotel rarísimo como construido en unas grutas. De repente me entero de que me caso ese mismo día. Una vez más la angustia.
Toda mi familia viene al evento. Mi novio y yo aparecemos en el altar medio borrachos. A pesar de eso tengo la fuerte sensación de estar cometiendo un error fatal. Llevo un pareo blanco. Las luces que nos iluminan no funcionan y el juez de paz (o el cura, esta vez no estoy segura) está intentando arreglarlas mientras yo intento elaborar un plan para huir de ahí sin que nadie se entere. No se me ocurre ninguno. Vértigo.
Llega el momento de los anillos. ¿Anillos? ¿qué anillos?. ¡No los hemos comprado!. Nos prestan unos a lo "Cuatro bodas y un funeral". El mío es de plástico rojo y está descascarillado. Pienso que no puede haber mayor cutrez en el mundo... aunque me parece tremendamente apropiado para este matrimonio.
La ceremonia termina y mientras le enseñamos a mis padres la gruta/suite en la que vamos a dormir (con claraboya natural para ver las estrellas incluída) me pregunto: "¿Cuánto es el tiempo prudencial antes de divorciarse dignamente?"
Creo que está claro que me da un miedo horrible que me pueda la presión y acabar casándome con quien en realidad no amo... ¿no?
No puedo saber qué me deparará la vida, pero lo que sí que tengo claro es que prefiero ser single toda mi vida que casarme con el hombre equivocado.